Hostería de las Monjas
Siglos de historias y leyendas albergan las paredes del restaurante.
Hostería de las Monjas no es un simple restaurante asador en Navalcarnero. Tanta historia alberga entre sus paredes que bien podría ser un museo más de la villa.
A continuación, mostramos algunos fragmentos de un texto de A. Díaz, Guerra y Castaño, que explica las historias y leyendas de una hostería por la que pernoctaron monarcas, figuras ejemplares y congregaciones religiosas.
Un recorrido de la Hostería desde la Edad Media...
Camina con nosotros, sumergiéndote en la historia de un edificio que ha vivido en primera persona los grandes acontecimientos de la historia de España, con una boda real convertida en leyenda, que se esconde en su Cueva del Beso y un espacio donde cada visitante puede degustar una gastronomía única, rodeado de siglos de historia. ¡Comenzamos!
La hostería nace con Navalcarnero...
"Fue un gran acierto de los señores Ribagorda la instalación de la Hostería en esta casa solariega, por ser una de las más genuinamente representativas de la Real Villa de Navalcarnero."
En el Archivo Nacional del Castillo de Simancas, existe un legajo histórico que habla extensamente de la fundación de esta población, de la construcción de su iglesia y, entre otros aspectos, muy particularmente de esta casa.
Su solar es elegido en 1513 para levantar en él unos barracones o naves que sirvan de estudio y refugio a los alarifes y maestros canteros, venidos de Toledo y Segovia, contratados para la construcción de la iglesia parroquial. En vista de que los trabajos marchaban con demasiada lentitud y sin criterio definido, dos años después (1515), es el propio Cardenal de Toledo, don Francisco Jiménez de Cisneros, quien, deseando levantar en su diócesis una iglesia colegiata próxima a la de Madrid, decide hacerse cargo de las obras y contrata al famoso arquitecto Gil de Silos, que redacta nuevos planos. Con Gil de Silos la construcción adquiere un ritmo más acelerado.
Muy ligada a la construcción de la iglesia
En este momento, se edifica paralelamente la iglesia y la casa (Hostería) se convierte en cuartel general de los técnicos de la gran obra. Para su construcción, emplearon buenos materiales y se la imprime, con cierta mezcolanza, un estilo semejante al del templo, y que imperaba en aquella época, que era el mudéjar toledano.
Llega la Compañía de Jesús a la Hostería
Aunque ya hubo cura desde la inauguración de la Iglesia, el primer párroco fue el Dr don Juan Bautista de Madrid, hombre eminente, graduado en diferentes disciplinas teológicas, que ingresa en la Compañía de Jesús, después de casi 20 años en Navalcarnero. Fue llamado a Roma por su Santidad para ocupar otros cargos. Su cercana presencia con el Papa influye en que el Papa Pío V decida que la Compañía de Jesús se instale en Navalcarnero en 1566.
Seminario - noviciado Jesuita
Se hacen cargo los Jesuitas en primer lugar, en contra de los deseos del vecindario y ocupan también la Hostería por ser la más cercana, hasta que construyen años más tarde su vivienda residencial en la calle del Colegio, unida al cementerio e iglesia. Entonces se reserva la hostería para el seminario - noviciado.
Arte y esplendor para la hostería
Estos Jesuitas, en los dos siglos que aquí permanecen dan a la iglesia gran esplendor. Crean la joya de la capilla de la Concepción, decoran y aumentan el número de altares y acumulan pinturas y ornamentos muy valiosos.
Nace la Cueva, como bodega, lagar y almacén
Como la Compañía de Jesús va adquiriendo propiedades rústicas en los términos circunvecinos (ya tienen unas mil fanegas), se dedican además de a la enseñanza a la agricultura, especialmente de viñedos y olivares.
La Cueva forma parte del mayor recinto subterráneo de Navalcarnero
Es entonces, cuando construyen la Cueva de la Hostería, para dedicarla a bodega, lagar y almacén. La hacen tan bien que es el mayor recinto subterráneo de Navalcarnero, pues sus galerías discurren por debajo de la Hostería, la glorieta, iglesia, el viejo cementerio, la Veracruz, el ayuntamiento y llegan hasta la vertical de la farola de la Plaza.
Seminario y noviciado de grandes pensadores
Del seminario - noviciado dice la historia que "salieron grande pensadores y evangelizadores del Nuevo Mundo y las Filipinas" y que "su estancia ocasionó extraordinarios bienes e influencias a los habitantes de Navalcarnero. Impartían en la hostería clases de Humanidades, Teología, Filosofía, entre otras disciplinas.
Casa Real de reyes y nobles
En la hostería pernoctaron y comieron bien el Rey Felipe II, cuando iba camino de Extremadura y el Rey Carlos IV, en viaje de caza. Quizás por este motivo en ocasiones se la ha denominado "Casa Real".
Expulsión de los Jesuitas
En febrero de 1767, por Real Pragmática de Carlos III son expulsados los Jesuitas de España y sus posesiones son confiscadas y subastadas. La hostería continúa siendo colegio de estudios al ser de propiedad privada. Es entonces, cuando la cueva subterránea que recorre Navalcarnero, al tener problemas de límites se tabica y tapona en algunas zonas.
Llegan las monjas
Mucho más tarde llegan a esta hostería la Casa-Colegio de la Comunidad de Religiosas del Amor de Dios, para dedicarse a la enseñanza superior y a otros preceptos de su Orden.
La obra tan inmensa que estas monjas hicieron en Navalcarnero no ha sido lo suficientemente reconocida. El mejor recuerdo y el mayor homenaje hacia ellas es la implantación de esta Hostería de las Monjas.
De aquí salieron promociones de religiosas, poseedoras de una elevada cultura y un buen hacer en los fogones. ¡Qué cocina tenían y qué comida guisaban estas monjas! El olor se masticaba en los soportales de la Plaza.
Se sucedieron diferentes comunidades. Todo el profesorado era titulado y muy escogido. ¿Quién no recuerda o no ha oído hablar de alguna de las madres superioras?, como por ejemplo de Sor Asunción o de la madre Vitoria, que eran una verdadera institución por su buen hacer.
Seguimos su buen hacer en los fogones
Por ellas, por su dedicación, instrucción y entrega para con los habitantes de la Villa, nuestro restaurante recibe el nombre de Hostería de las Monjas y un compromiso, la de mantener ese buen hacer en los fogones, a través de recetas caseras, elaboradas como siempre, en un asador restaurante en Navalcarnero lleno de historia.